El apagón eléctrico de ayer nos puso a prueba a todos.

Desde muy temprano, en los comedores escolares que gestionamos en la Región de Murcia, supimos que iba a ser un día diferente. Pero también sabíamos algo más importante: que, incluso en la oscuridad, lo esencial debía seguir funcionando.

Gracias a una preparación previa, protocolos bien definidos y, sobre todo, al compromiso de nuestro equipo, pudimos sacar adelante el servicio como cada día. A la hora del apagón, la mayoría de los guisos ya estaban listos, y pudimos servir comidas calientes en todos los centros. Lo hicimos sin perder calidad, con normalidad y, lo más importante, con total seguridad alimentaria.

Hoy seguimos evaluando posibles daños y pérdidas, y gestionando con algunos proveedores productos que no podremos recibir, como la carne. Aun así, hemos reorganizado los menús sin perder valor nutricional, porque nuestro compromiso con las familias y con los menores sigue intacto.

Sabemos que no gestionamos solo un comedor: gestionamos la confianza de cientos de familias. Y por eso trabajamos con la responsabilidad de quien sabe que presta un servicio esencial. Nuestro equipo lo entiende así y actúa en consecuencia, incluso cuando las circunstancias no acompañan.

Esta experiencia no ha hecho más que reafirmarnos en una idea que tenemos muy clara:
en los comedores escolares de Colectividades Antonia Navarro, la seguridad alimentaria no se apaga. 💡

Gracias a todas las personas que forman parte de esta gran familia. Sin vosotras, nada de esto sería posible.