En Colectividades Antonia Navarro llevamos más de tres décadas cocinando con una idea clara: alimentar bien es cuidar. Por eso, cuando escuchamos que España estrena una normativa nacional sobre alimentación en comedores escolares, sentimos orgullo. No porque vayamos a cambiar nada—todo lo contrario—porque llevamos más de 10 años aplicando en nuestras cocinas lo que hoy se convierte en ley.

Y si eso ha sido posible, ha sido gracias al compromiso firme y valiente de la Región de Murcia, y muy especialmente al trabajo de la Consejería de Salud y la Consejería de Educación. Sin su impulso, visión y acompañamiento, este camino a favor de la salud no habría sido posible.

Desde nuestra sede en La Hoya (Lorca) y en la cocinas de más de 150 centros escolares de la Región,  alimentamos a diario a más de 14.000 escolares. Lo hacemos con ingredientes frescos, menús equilibrados y mucho mimo. A eso lo llamamos ‘Método Abuela’: una forma de entender la comida con sentido común, tradición y profesionalidad.

Nuestras cifras, su reflejo

Durante el último curso escolar servimos más de un millón de piezas de fruta, más de 20 toneladas de pescado, 30 toneladas de legumbres y más de 230.000 kg de verduras frescas. En nuestras cocinas no hay frituras, ni ultraprocesados, ni azúcares añadidos. Aquí mandan las mandarinas, las lentejas, el bacalao, el tomate… y las recetas de siempre, las que cuidan de verdad.

Un modelo posible gracias a una apuesta valiente

Murcia ya dio el paso en 2010 con el Decreto 97/2010 de la Consejería de Salud, que reguló los menús escolares mucho antes que cualquier otra comunidad. Ese fue el punto de partida, y desde entonces hemos contado con un marco sólido y claro que nos permitió avanzar, mejorar e innovar con seguridad.

Queremos agradecer públicamente a ambas Consejerías —Salud y Educación— por su compromiso real con la alimentación saludable en los centros educativos. Su apoyo ha sido clave para que proyectos como el nuestro, nacidos desde la vocación y el trabajo diario, pudieran crecer con coherencia y responsabilidad.

Cuando el futuro te pilla preparado

Mientras otros se adaptan ahora a la nueva normativa estatal, nosotros seguimos cocinando como siempre. Porque no hemos tenido que cambiar nuestro modelo: ya estábamos preparados. Y es que no lo hacemos por obligación, sino por convicción.

Creemos profundamente en lo que hacemos.

Cocinar cada día para miles de niños es una gran responsabilidad. Y hoy, más que nunca, sentimos que vamos por el buen camino, acompañados por una administración que, desde hace años, apostó por una alimentación más saludable, equilibrada y educativa.

Gracias por confiar en nuestro trabajo. Seguiremos alimentando el futuro, cucharón en mano, con todo el sabor de siempre.